En los depósitos petroleros está acabándose el espacio libre y los propietarios de la carga del crudo comienzan ya a contar pérdidas.
"Las tarifas de arriendo de los tanqueros crecieron, de 20 a 25 mil dólares al día en febrero, hasta los 250 mil dólares, según contratos particulares del presente", estimó Randy Giveans, analista de la compañía Jefferies.
Matt Marshall, analista gerente de la Aegis Energy Risk, ha notado que lo mismo sucedió hace unos veinte años, a mediados de los 90.
"Para los excedentes de petróleo hay solo una opción: ya sea se va a los depósitos, o se queda en el subsuelo, para lo que los productores se verán obligados ahora a cerrar activamente los pozos", explicó.
El 10 de abril, los productores clave de crudo debatieron la posibilidad del cierre de los pozos. Entonces a las conversaciones de los países participantes en la OPEP+ se sumaron, incluso EEUU y Canadá, quienes antes habían preferido marginarse.
Como resultado, convinieron en reducir en mayo y junio las exportaciones en 10 millones de barriles diarios, entre julio y diciembre, en 8 millones, y a partir de enero de 2021 hasta abril de 2022, en 6 millones. El acuerdo entra en vigor el 1º de mayo, pero los precios del petróleo ya han crecido.
En cambio, hay otra tarea cuya solución es mucho más compleja: a costo de qué recursos dar continuación a la exploración de nuevos yacimientos aún sin explorar.
Es que con los actuales precios del petróleo, las compañías nacionales, aunque no trabajen a pérdida, los ingresos han caído a tal punto que ya no les permiten, como antes, financiar proyectos promisorios.
"Es importante crear las condiciones para la continuación de la actividad de perforación de pozos, incluso en el período en que no existe la necesidad de ello", declaró el ministro de Energía de Rusia, Alexander Nóvak.
Los bajos precios se han convertido en una verdadera sentencia para los propios yacimientos norteamericanos de esquisto.
No es casual que los signatarios del nuevo acuerdo convinieran en el control incesante del mercado del petróleo, a fin de que fuera posible modificar, de manera operativa, las condiciones del pacto en caso de necesidad: recortar aún más la extracción o, por el contrario, aumentarla. Las compañías rusas se preparan para cualquier desarrollo de los hechos, asegura Alexander Diúkov, de Gazpromneft.
"Estamos creando capacidades que puedan ser requeridas cuando surja la demanda de los volúmenes de petróleo adicionales correspondientes. Y es indudable que la creación de estas capacidades complementarias fortalece también nuestra posición negociadora", precisó.
En otras palabras, justamente ahora se decide cuáles van a ser los precios del oro negro en los próximos dos años, resumió el funcionario.