"Es posible que los accidentes de tránsito se vayan a incrementar nuevamente [en 2020 respecto a 2019] por una serie de problemas de control que no son atendidos por las autoridades", advirtió.
Candia explicó que la principal causa de los siniestros en las carreteras es el exceso de velocidad, mientras que en las ciudades son las maniobras imprudentes del conductor.
No obstante, señaló que esto se ve agravado por el hecho de que, especialmente en carreteras, los sistemas de vigilancia y control son insuficientes, o en algunos casos inexistentes.
"En el caso del exceso de velocidad, en las carreteras las unidades de transporte de pasajeros tienen la obligación por ley de llevar un control GPS [sistema de posicionamiento global] que mida que no se superen los 90 kilómetros por hora, que es el máximo para vehículos de este tipo", explicó.
Estos GPS son monitoreados por una empresa de control contratada por la Superintendencia de Transporte Terrestre, la cual lleva un registro de cada viaje y las distintas velocidades que desarrolló la unidad.
En el caso de los camiones de carga, el experto indica que estos no tienen la obligación de llevar estos dispositivos.
"Los dueños de vehículos de carga y transporte de carga peligrosa han ido postergando la implementación de este control de velocidad por GPS, lo que es pernicioso porque la autoridad se somete a sus intereses", afirmó.
Por otro lado, el especialista agregó que "no existen cámaras de control de velocidad en carreteras".
"Apenas hay tres a la salida de Lima Metropolitana, y la Policía no se abastece para controlar a tantas unidades y, peor aún, no cuenta con cinemómetros para poder medir la velocidad. Así, la tarea de vigilancia es prácticamente imposible", afirmó.
El 6 de enero, un autobús se despistó en el departamento de Arequipa (sur) causando la muerte de 16 personas, el último accidente vial de gravedad registrado en Perú.
"En estos casos, cabe la posibilidad de que el conductor se haya quedado dormido y la somnolencia es fácil de negar por parte de los conductores pues no hay forma de vigilarla o probarla", señaló el presidente de Luz Ámbar.
Ante esta probabilidad, los autobuses están obligados por ley a contar con un copiloto que tome la posta cuando su compañero esté cansado; sin embargo, los camiones no tienen esta obligación, lo que es una "negligencia" que aumenta las probabilidades de más muertes en los caminos de Perú.