A principios del mes, Simonián reveló que la labor de Sputnik Estonia se ve obstaculizada como nunca, pues ese país ya cuenta con una verdadera "maquinaria totalitaria", cuya labor la víspera culminó con la suspensión del contrato de alquiler del inmueble que ocupaba la redacción de Sputnik en Tallin.
"Ahora obligaron al propietario del local donde se encuentra nuestro Sputnik a romper el contrato de alquiler, pero eso no les ayudará, pues trabajaremos desde casa", dijo la también periodista.
La redactora jefa de la agencia exhortó a las autoridades de Estonia a "probar de una vez el DDT [insecticida actualmente prohibido]" en su lucha contra la agencia.
Para Simonián, se trata de una presión sin precedentes, que pone en duda la intención de Tallin de cumplir los principios de democracia y libertad de expresión.
A finales de octubre, el país del Báltico, el único de esa zona que contaba con una redacción completa con una oficina y una emisora radial, congeló las cuentas bancarias con los salarios de los trabajadores de Sputnik Estonia, y los demás bancos a los que acudió la agencia también le negaron sus servicios.