"El golpe es un golpe geopolítico por recursos (…) es el plan del nuevo orden mundial por Bolivia y pretender venir después por Venezuela, es un golpe al Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) (…) evidentemente Estados Unidos está delante del golpe", indicó Díaz.
Morales renunció el 10 de noviembre a la presidencia luego de tres semanas de manifestaciones cívicas y políticas contra su reelección.
"Es un golpe a la posición ventajosa que tiene Bolivia con respecto al gas y a los minerales, sobre todo al litio, recordemos que el nuevo orden mundial tiene una obsesión por monopolizar ahora en una nueva etapa, ya no solamente el petróleo, sino aquellos minerales raros que pueden ser alternativos como parte de su estrategia de apagar las energías fósiles para mutar y migrar hacia las energías alternativas", expuso.
Además, la renuncia de Morales se produjo tras la sugerencia de los auditores de la Organización de Estados Americanos (OEA) de repetir las elecciones presidenciales en Bolivia ante la imposibilidad de validar su triunfo en los comicios del pasado 20 de octubre, debido a "graves irregularidades".
A juicio de la asambleísta, la OEA y la Organización de Naciones Unidas (ONU) son los organismos responsables de que el expresidente boliviano renunciara a su cargo.
"El papel de la OEA es el de siempre, el del ministerio de las colonias, en este momento la OEA y la ONU, y yo lo denuncio, son parte de las estrategias de guerras blandas que le están aplicando a los países, en este caso la OEA fue quien dibujó la excusa para obligar, porque el presidente Evo se ve obligado a renunciar creyendo que con ello va a calmar la jauría hambrienta manejada por fanáticos", sostuvo.
La integrante de la ANC considera que el golpe de Estado en Bolivia busca además dividir a los Gobiernos progresistas de la región.
"Están afectando a la integración frente a una nueva oleada de recuperación de los movimientos progresistas de Latinoamérica (…) Bolivia significa ocupar el territorio para desde ahí expandir la consecuente ocupación, ellos necesitan a los capitales, necesitan dibujar nuevos territorios", señaló.
A su vez, el presidente Nicolás Maduro condenó el golpe de Estado contra Morales y aseguró que los movimientos sociales se declararon en movilización para exigir la "preservación de la vida de los pueblos originarios".
Mientras, Donald Trump dijo que la salida de Morales es "una fuerte señal para los regímenes ilegítimos en Venezuela y en Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerá".
El Gobierno venezolano ha acusado a EEUU de impulsar un golpe de Estado para sacar del poder al mandatario Maduro.
