"Durante un período de tiempo una guerra inconvencional ha estado ocurriendo en Yemen debido a las tensiones entre Arabia Saudí e Irán. Por lo tanto, si Estados Unidos aprovecha estos ataques contra refinerías saudíes como una excusa para comenzar una guerra con Irán, sería muy peligroso e incorrecto", dijo.
Si Washington busca lanzar una guerra en Medio Oriente, no sería tan difícil de encontrar una excusa para hacerlo, sin embargo "puede poner en peligro la paz en la región y en todo el mundo", dijo.
Postura de la ONU
A su vez, el secretario general de la Organización de la ONU, Antonio Guterres, calificó de "inaceptable" el último ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudí, y alertó que hay serios riesgos de un gran conflicto en el Golfo.
"Hay una posibilidad alarmante de conflicto armado en el Golfo, y eso no se lo puede permitir el mundo. El reciente ataque contra instalaciones de Arabia Saudí fue totalmente inaceptable: un pequeño error de cálculo puede generar una gran confrontación", señaló, al hablar en el debate general del 74 Periodo de Sesiones de la Asamblea General en Nueva York.
Estados Unidos y Arabia Saudí sostienen que detrás del incidente está Irán, que rechaza en términos categóricos su implicación.
El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki Maliki, afirmó el 18 de septiembre que las instalaciones en Abqaiq y Khurais habían sido atacadas con 18 misiles de crucero y siete vehículos aéreos no tripulados de fabricación iraní.
El ataque redujo en 5,7 millones de barriles la producción diaria de Saudi Aramco, estimada en unos 9,8 millones de barriles, y provocó una subida del petróleo sin precedentes desde la guerra del Golfo (1990-1991), pero más tarde los precios bajaron ante la noticia de que Arabia Saudí no tardaría mucho en recuperar el volumen.