"En este pacto han participado más de 21 representantes de medios de comunicación que se han comprometido a que van a ser embajadores de la lucha contra la violencia", dijo a reporteros la directora del Servicio Plurinacional de la Mujer y de la Despatriarcalización (Ser Mujeres), Tania Sánchez.
El pacto fue logrado en la víspera de una marcha contra el machismo y los feminicidios, convocada por Ser Mujeres y diversas organizaciones femeninas, en la cual, según anuncio gubernamental, participarán el presidente Evo Morales y la presidenta de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, María Fernanda Espinosa.
La marcha está anunciada como punto de partida de una campaña coordinada del Gobierno y la sociedad civil contra el flagelo de los feminicidios, que en lo que va del año suman 76 en Bolivia.
El compromiso de los medios fue puesto en vigencia justo un mes después de que Morales firmara una ley que terminó con la obligación que tenían radios, televisoras, prensa escrita y portales privados de divulgar gratuitamente avisos de promoción de leyes sobre derechos humanos.
Los medios se comprometieron, entre otras acciones, a divulgar masivamente entre los bolivianos el lema "hagamos un pacto: vivamos sin violencia", así como mensajes de defensa de los derechos femeninos que serán producidos tanto por cuenta propia como por el Gobierno y organizaciones sociales.
Los medios desarrollarán acciones para prevenir la discriminación y la violencia de género entre sus trabajadores y procurarán también cubrir los hechos de violencia de género con perspectiva social y "sin revictimizar a la mujer", señala el pacto.
"En nombre del presidente Evo expresamos la voluntad inequívoca de apoyar todos los esfuerzos (...) para impulsar todas las iniciativas que sean necesarias y lograr el impacto deseado en el menor tiempo posible", dijo Quintana, publicó la estatal Agencia Boliviana de Información.
Un reciente informe de la Fiscalía General del Estado advirtió que Bolivia está en vías de repetir e incluso superar la tasa más alta de feminicidios en Sudamérica, dos por cada 100.000 mujeres que registró en 2018.