"No venimos del propio Rukban, sino de un poblado situado cerca de ese campamento… La vida allí es imposible y cuando supimos de la apertura del corredor cargamos todos nuestros trastos en los camiones y partimos al llegar la noche", relató el jefe de familia, Mahmud, de 55 años.
Mahmut comentó que la situación en la zona de seguridad de 55 kilómetros "sigue difícil".
"No hay medicamentos, agua, comida, todos mis hijos padecieron enfermedades… Gracias a Dios que hemos podido regresar a casa", dijo el hombre.
El 16 de febrero el Gobierno sirio decidió crear con la ayuda de Rusia dos corredores humanitarios para que los refugiados sirios de Rukban puedan trasladarse a los lugares de residencia de su elección. Los puestos de control en las localidades de Jleb y Jabal al Ghurab ya empezaron a funcionar.
El jefe del Centro ruso para la reconciliación en Siria, teniente general Serguéi Solomatin, informó antes que en los puestos de control se desplegaron oficinas para exámenes médicos, alimentación, descanso y trámite de documentos, así como un punto de apoyo material y envío de refugiados a sus lugares de residencia.
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Según indicó el militar ruso, los representantes de la oficina siria del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja controlarán el cumplimiento de los principios fundamentales de la ONU sobre el desplazamiento voluntario y seguro de los refugiados.
Rukban está situado en la zona de Al Tanaf, controlada por tropas estadounidenses.
El campamento, que alberga a decenas de miles de personas que viven en pésimas condiciones, fue creado en la frontera sirio-jordana en 2014, después de que Amán cerrara la frontera para los refugiados sirios, alegando razones de seguridad y económicas.
