Según el columnista, los políticos de Europa y EEUU opinan que las reacciones entre Moscú y Pekín enfrentan muchos obstáculos que impiden el establecimiento de una alianza segura. Se trata de la animosidad mutua histórica, disputas territoriales y competencia por la influencia en Asia Central.
Hawn agregó que cada uno de los países no representa una amenaza existencial para los demás. Es decir, no buscan expandir su régimen de gobierno, y toda la competencia se basa en los territorios y los recursos naturales. Por su parte, los países occidentales tienden a imponer su ideología y estructura estatal como la única correcta.
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Además, tanto Rusia como China fueron imperios y se consideran víctimas de los juegos de otros países. Quieren acabar con el poderío mundial de EEUU y garantizar el auge de la economía y la seguridad.
"A lo mejor, ahora ya cabe preguntarse no si Moscú y Pekín llegan a formar la alianza, sino si esta existe ya y cuán fuerte puede hacerse", concluyó el columnista.
El economista y politólogo ruso Ígor Kovaliov comentó la información de los medios para Sputnik.
Kovaliov confirmó que los países de Occidente, de hecho, tienen miedo del acercamiento ruso-chino. Además, hay factores que favorecen este escenario, incluidas las guerras comerciales que EEUU lleva contra China.
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Además, hay cuestiones de política externa que hacen surgir un conflicto de intereses.
"Hay numerosas controversias y parece adecuado que Rusia, por ejemplo, esté al tanto de que casi no puede tener un diálogo normal con Occidente y busca nuevos aliados. Es una tarea bastante real y comprensible, ya que en el mundo moderno apenas es posible actuar a solas", explicó Kovaliov.
Al mismo tiempo, Pekín y Moscú también pueden tener opiniones e intereses diversos. "Por supuesto, ahora todavía no se puede decir que la entente se haya formado y registrado oficialmente.
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