Cualquier cifra superior o inferior es contraproducente, señala el equipo de investigadores, cuyos resultados han sido publicados en el European Heart Journal. El estudio se basa en los datos sobre el ciclo de sueño durante la noche y durante el día que facilitaron 116.632 personas de 21 países durante 7,8 años.
El grupo de voluntarios que dormían más de 10 horas mostraban relativamente más riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y, a la vez, eran los que más se echaban la siesta (hasta un 71,6% de los voluntarios). La cifra triplica la del grupo de quienes dormían entre seis y ocho horas.
Además, las siestas entre aquellos con una duración adecuada de sueño nocturno podrían ser un indicador temprano de una salud más deficiente, además de ayudar a identificar a aquellos con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y mayor mortalidad.
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