"Mi última conversación con él fue estando él en Ushuaia el mismo día 8", sostuvo Bergallo, capitán de navío retirado e integrante de una comisión de expertos del Ministerio de Defensa.
"Me contó lo que había hecho en Ushuaia, las navegaciones que habían realizado con algunas autoridades; me dijo que habían cambiado en el submarino un contactor de batería, que sirve para conectar diferentes partes de la batería con otras del buque, en lo que es una falla frecuente" relató Jorge Bergallo, quien también había sido comandante del ARA San Juan.
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Para él, "la del 8 de noviembre no se diferenció de las restantes conversaciones, fue una más".
"Incluso tengo una foto de él en el puente de comando, en la vela, con otros dos oficiales y la teniente de navío (Eliana Krawczyk); los cuatro rebosaban de sonrisas y de alegría de estar pasando bien porque disfrutaban de su profesión", comentó.
Bergallo, que también comandó la Fragata Libertad, destacó que con diferencia de años, compartió con su hijo Jorge Ignacio "la misma mesa y el mismo periscopio" del San Juan.
"Cuando nos juntábamos hablábamos de los submarinos, de las operaciones y las emergencias; mi señora (esposa) me decía que lo dejara tranquilo", comentó.
Su hijo también fue uno de los comandantes que trajo desde Rusia el buque Bahía Agradable, uno de los cuatro avisos que la Armada adquirió en 2015; los otros tres son Islas Malvinas, Puerto Argentino y Estrecho San Carlos.
Investigación
"En nuestras investigaciones venimos ratificando que el buque estaba bien, con todas las normas de seguridad", señaló el marino retirado.
Bergallo basa su apreciación no solo en su conocimiento del submarino que comandó, sino también "en las conversaciones con mi hijo, porque seguí de cerca su carrera al igual que disfruté de la mía mientras estuve en actividad".
El capitán de navío retirado descartó que el San Juan hubiera sido objeto de algún ataque, dado que "no había buques de guerra en la zona" el 15 de noviembre del año pasado, cuando el submarino se comunicó por última vez en su travesía por el Mar Argentino.
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"Lo dijo el propio comandante del submarino (Pedro Fernández) en sus últimos mensajes, que les entró agua por la tubería de ventilación y eso produjo el incendio en el tanque de baterías", rememoró Bergallo.
Desde entonces no ha aparecido información relevante que arroje luz sobre lo sucedido, así que solo se pueden elucubrar hipótesis, manifestó el excomandante del San Juan.
"El incendio en una batería hace que se desprenda hidrógeno, el cual se pudo acumular y, de acuerdo a los científicos, en una alta concentración explota muy fácilmente", contó.
El informe que el comité de expertos elevará al ministro de Defensa, Oscar Aguad, plantea "diferentes escenarios, pero todos pasan por el incendio y alguna explosión de mayor o menor envergadura, por lo que combinamos esos dos factores con mayor o menor intensidad", resumió.
Implosión
Bergallo afirmó que será muy difícil determinar qué ocurrió en el submarino aunque la embarcación sea encontrada por la empresa estadounidense Ocean Infinity, que rastrea desde el 7 de septiembre pasado la zona en donde emitió su última señal el San Juan.
"Si implosionó como implosionaron todos los submarinos del mundo que se accidentaron, se produjo un achatamiento y una comprensión brutal del casco, pero la implosión no desintegra, así que no entiendo por qué no lo pueden encontrar, porque el submarino está donde lo están buscando", aseguró.
"Los tripulantes estaban adiestrados, no obstante no tenían la suficiente experiencia como consecuencia de tantos años de navegar muy poco; de hecho, hacía años que un submarino no navegaba tanto como el San Juan en 2017", reveló.
Bergallo recordó a los tripulantes que navegaban con su hijo como "excelentes profesionales".
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"Ahora nos encontramos en esta circunstancia y nos preguntamos por qué no nos habrá pasado a nosotros, que navegábamos con submarinos de la Segunda Guerra Mundial, y no a nuestros hijos", lamentó.
"Tenemos una mentalidad terrestre y el mar está lleno de barcos pesqueros y nadie se entera de si hay un accidente, cuando nuestra gente de mar es extraordinaria, vive al límite y asume el riesgo como parte de la profesión", concluyó.
La Armada informó que el submarino se contactó con tierra por última vez a las 7:19 hora local (10:19 GMT) del 15 de noviembre del año pasado.
Casi cuatro horas después, a las 10:51 hora local (13:51 GMT), se registró una explosión a 48,28 kilómetros de la última posición del buque, en coincidencia con el recorrido que cursaba hacia Mar del Plata.