Según el sitio web del Ministerio de Cultura de ese país, también fueron incluidos en la lista el politólogo ruso Alexandr Duguin y los escritores Anatoli Tereschenko, autor de libros de espionaje, y Mijaíl Polikárpov que escribió varios tomos sobre los voluntarios rusos en la antigua Yugoslavia y Donbás.
El propio Íschenko indicó que no le sorprendían estas medidas del Gobierno ucraniano.
"Los ucranianos ya habían prohibido tres de mis libros, así que no me sorprende", dijo a Sputnik.
El politólogo calificó de inútiles estas listas que no fortalecen las posiciones de Ucrania en el mundo.
"Si uno comienza a elaborar listas de personas que tiene una opinión diferente y los considera como una amenaza a la seguridad nacional, entonces tiene un problema con lo nacional o con la seguridad, o más bien con ambos", remarcó.
El politólogo sostuvo que los ciudadanos ucranianos van a luchar contra el sistema institucional si el Gobierno les prohíbe opinar.
"Será una lucha política para intentar cambiar el Gobierno o como lo hacen ahora la mayoría de los ciudadanos: se irán del país (…) Un Estado sin ciudadanos no existe", enfatizó.
El experto indicó que en los últimos cuatro años unos nueve millones de ucranianos se marcharon de su país.
"A fin de cuentas, en el mapa quedará un lugar vacío en vez del país", apostilló.
Antes Poroshenko incluyó a Rossiya Segodnya, matriz de la agencia Sputnik, en su lista de sancionados por tres años y bloqueó sus activos y sitios web en territorio ucraniano.
El Gobierno ucraniano bloqueó además el acceso a las páginas web de ambas instituciones.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU alertó sobre la expulsión sistemática de periodistas extranjeros por parte de las autoridades de Kiev.
El Gobierno ucraniano prohibió también las transmisiones de varios canales de televisión y deniega regularmente la entrada en el país a los periodistas rusos.
Te puede interesar: Detenciones, asesinatos y deportaciones, ¿por qué es peligroso ser periodista en Ucrania?
Desde Moscú instaron a la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), la Unión Europea y a Estados Unidos a reaccionar a estas prohibiciones remarcando que los dobles estándares son inadmisibles en este ámbito.