Los fiscales federales de EEUU acusan a María Bútina, de 29 años, de conspirar para trabajar como agente extranjero.
"En parte estoy haciendo esta labor porque, en mi opinión, ella es inocente, y allí no existe ninguna relación con el caso de Mueller, no es justo que ella esté metida en esa historia con la influencia rusa", dijo el jurista en un programa del canal MSNBC.
Según los fiscales estadounidenses, Bútina trató de obtener acceso a organizaciones e individuos que tienen influencia en la política nacional.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, declaró la semana pasada que la detención de Bútina, quien pasó años estudiando en la Universidad Americana (Washington), fue realizada por encargo de las fuerzas del país norteamericano que siguen promoviendo la rusofobia.
La diplomática rusa expresó además su certeza de que la ciudadana rusa fue detenida para minimizar el efecto positivo de la cumbre de los presidentes de EEUU y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, celebrada en Helsinki justo cuando se informó de la detención de Bútina.
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La oficina de Mueller, que investiga la supuesta colusión entre la campaña del actual presidente de EEUU y Rusia, acusó a mediados de este mes a 12 agentes de inteligencia militar rusa de haber realizado en 2016 un ciberataque contra el Comité Nacional del Partido Demócrata y la campaña electoral de la candidata demócrata Hillary Clinton.
El presidente ruso, Vladímir Putin, en una rueda de prensa conjunta con Trump en Helsinki, sugirió que Mueller podría enviar una solicitud oficial para interrogar a estas personas, habida cuenta de que EEUU y Rusia tienen un acuerdo de asistencia recíproca en casos penales.
Desde 2016, en Estados Unidos se investiga la supuesta injerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales.
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En particular, las pesquisas buscan comprobar la hipótesis de que el presidente Donald Trump tuviera contactos secretos con el Kremlin durante la campaña electoral y que Moscú influyera de alguna manera en los resultados de los comicios.
Sin embargo, tras casi dos años de investigación, no se presentó ni una sola prueba que apoyara dichas acusaciones.