"No tengo idea de mi hija desde que me la quitaron; no se han comunicado con mi familia. Nos dieron un número de teléfono para comunicarnos con nuestros hijos, pero cuando llamas no responden o se apaga", dijo a Sputnik, Mario, un inmigrante hondureño.
Como resultado de esta medida, unos 2.300 menores de edad fueron separados por la fuerza de sus padres entre el 19 de abril y el 31 de mayo luego de arrestos relacionados con la entrada ilegal a los Estados Unidos, según el Departamento de Seguridad Nacional.
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Mario fue uno de los 32 padres inmigrantes liberados de la cárcel para que puedan comenzar el proceso de reunirse con sus hijos.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU había informado que padres y niños estaban en contacto constante a través de alguna forma de comunicación durante su separación, algo que organismos de derechos humanos niegan.
"Es categóricamente falso (que estén en contacto padres e hijos); aquí tengo 32 padres que les dirán que es categóricamente falso", respondió a esta agencia el fundador del grupo de derechos de la Casa Anunciación, Rubén García.
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La Casa Anunciación acogió a este grupo de inmigrantes el 24 de junio para ayudarlos con el proceso de reunificación.
Separados
De los 32 padres, solo tres han hablado con sus hijos desde que fueron separados, dijo el coordinador legal del grupo, Taylor Levy, quien agregó que el tiempo promedio que los padres pasaron en detención fue de 25 días.
Iris, que partió desde Honduras con su hijo de 10 años, realizó un viaje de 15 días hasta la frontera entre Estados Unidos y México antes de ser detenida por las autoridades migratorias.
"No sabíamos qué hacer; le pregunté al funcionario de inmigración si había algo que podíamos hacer para no separarnos, pero dijo que nos íbamos a separar, me gustase o no", comentó la inmigrante hondureña.
"Vas a ir a la cárcel y tu hijo va a estar en un refugio para niños", dijo Iris citando al funcionario.
"Si fuéramos criminales, no llegaríamos con nuestros hijos", insistió.
Por otra parte, Miriam, también hondureña, comentó que las autoridades de migración le dijeron que firme o no su deportación van a llevarse a su hijo, pero finalmente logró dar con el paradero del niño de cuatro años que se encuentra en la ciudad de Nueva York (noreste).
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El 20 de junio, Trump firmó una orden ejecutiva supuestamente diseñada para evitar la separación entre los niños y los padres detenidos en cruces fronterizos.
El 25 de junio, el comisionado de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo, Kevin K. McAleenan, dijo a periodistas que se había suspendido momentáneamente la entrega a la justicia de los inmigrantes adultos que llegan con niños.
La suspensión se mantendrá hasta que la oficina que dirige y el Departamento de Justicia acuerden una fórmula que permita "que los adultos que cruzan la frontera con sus hijos, que violan nuestras leyes y ponen en riesgo sus vidas en la frontera, puedan ser enjuiciados sin una separación prolongada de sus niños", dijo el funcionario.
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Debido a que las autoridades migratorias carecen de espacio suficiente para alojar el creciente flujo de familias que cruzan la frontera, muchas serán liberadas de inmediato a cambio de un compromiso de presentarse a la audiencia judicial cuando sean citadas, dijo McAleenan.