Según fuentes políticas jordanas citadas por el diario israelí Haaretz, el rey de Jordania, Abdalá, ha convocado a Malichi a una audiencia hoy y podría pedirle su dimisión.
Las decenas de miles de jordanos que se lanzaron a las calles desde el 31 de mayo por la noche para protestar contra las reformas económicas aplicadas por el Gobierno, especialmente por el incremento de los impuestos apoyado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), pidieron la dimisión de Malichi.
El reino hashemita ha sufrido el aumento de las tasas en las ventas de los productos y la abolición de los subsidios para el pan, un alimento básico para los pobres.
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La economía jordana, que siempre ha sido débil, empezó a deteriorarse en los últimos años por la actitud de sus gobiernos recientes y porque el país ha tenido que hacer frente a la acogida de más de un millón de refugiados sirios.
Por el momento, las fuerzas de seguridad jordanas se han mantenido contenidas y no han reprimido las protestas de forma violenta. Los manifestantes han evitado también los enfrentamientos físicos con ellas.
El 1 de junio, el rey Abdalá ordenó retrasar la decisión de incrementar el precio de la gasolina y sus asesores están en contacto con los organizadores de las protestas para intentar calmar los ánimos.
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Los manifestantes no han llamado a derrocar a todo el Gobierno ni al rey, que a pesar de todo, se considera un factor de estabilidad.
Israel, vecino de Jordania, uno de los dos únicos países árabes con los que ha firmado la paz, sigue los acontecimientos con preocupación. para los israelíes, la estabilidad de Jordania es un punto clave para su seguridad.