Pero, ¿qué consecuencias podría tener este intento de Kiev de asestar un golpe más sobre Rusia? El columnista Víktor Marajovski analizó el tema en su artículo para Sputnik.
No obstante, a diferencia de los países 'civilizados' —donde los medios rusos solo son atacados en palabras y, en el peor de los casos, pueden perder la licencia—, en la 'Ucrania democrática' a los periodistas se les prohíbe tener una opinión diferente. A Kiril Vishinski se le puede imponer una pena de 12 a 15 años, ya que, en Ucrania, un ciudadano que simplemente ejerce sus funciones profesionales en los medios se equipara a un saboteador si sus actividades periodísticas resultan desfavorables para el régimen. Y no se trata de temas 'prohibidos', sino del hecho de que, según las fuerzas especiales ucranianas, las actividades legítimas de Vishinski "benefician a Moscú".
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Pero, ¿qué reacciones provocaría una medida similar por parte de Moscú? Según sugirió Marajovski, en el caso de que las fuerzas de orden rusas iniciasen una investigación —incluso sin detenciones— contra algún medio extranjero o liberal, la comunidad internacional lo condenaría sin duda alguna.
"Rusia es un país integrado y tiene una mirada civilizada hacia los medios. Asimismo, Rusia es un sujeto pleno e independiente —y, de este modo, responsable— de la política internacional. Y por eso, no arresta a nadie por su postura política y colaboración informativa con países extranjeros", indicó el columnista.
Según Marajovski, la historia ha demostrado en reiteradas ocasiones que Rusia no tiene que hacer nada especial, ya que la van a criticar en cualquier caso. No obstante, Moscú apuesta por dejar en paz a los "agentes de influencia" extranjeros.
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Marajovski advirtió que la detención de Vishinski y los registros en la oficina de RIA Novosti Ukraina son una señal de que "el régimen títere de Occidente convirtió la guerra informativa en represión".
"Basándose en los juegos mediáticos occidentales, el Gobierno prooccidental inició una verdadera caza de brujas", indicó el analista. Y subrayó que la situación se puede comparar con un 'culto cargo' [cuando un tribu salvaje cree que las manufacturas occidentales proceden de espíritus divinos]".
De este modo, Kiev "reprodujo la lucha contra la influencia rusa" en su propio nivel y, por consiguiente, inculpó a sus patrocinadores e inició la destrucción de los fundamentos de la influencia global occidental.
"El régimen político actual en Ucrania está dispuesto a librar una guerra con Rusia" https://t.co/uSe4bGeOEK
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 16, 2018
De acuerdo con el columnista, "es imposible fingir ser un ejemplo moral y un defensor de la libertad de expresión cuando tus propios títeres —a quienes elogian constantemente por su progreso democrático— arrestan a los periodistas como si fuera una dictadura bananera caricaturesca del siglo XX".