La misión rusa indicó que no está satisfecha con las respuestas que le dio el Reino Unido la noche del 24 de abril a la solicitud formal de explicaciones sobre el caso Skripal que Rusia hizo el 13 de abril invocando el artículo 9.2 de la Convención sobre las Armas Química, "la primera impresión es que la parte británica no respondió a las preguntas más importantes".
"En estos momentos la representación permanente estudia las posibles próximas medidas, en todo caso, conseguiremos que nos den respuestas sustanciales a las preguntas sobre los aspectos más importantes para nosotros", informó.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, el Gobierno británico responsabilizó a Rusia de estar detrás del envenenamiento de los Skripal con la sustancia de acción neuroparalizante А234, presuntamente diseñada por Moscú.
Londres se niega a cooperar con Moscú para investigar el caso y tampoco permite acceder a las víctimas, ciudadanos rusos.
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La OPAQ confirmó las conclusiones del Reino Unido en relación con la identidad de la sustancia química usada en Salisbury, pero, igual que el laboratorio británico de Ciencia y Tecnología de Defensa de Porton Down, no estableció su procedencia.
Moscú rechaza las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.