En varios rincones del país miles de personas marcharon con globos blancos —símbolos de las almas de los niños— que después fueron lanzados al cielo.
En todo el país las banderas nacionales ondean a media asta, mientras que numerosas cadenas televisivas este 28 de marzo dejaron de emitir publicidad y programas de diversión.
Los teatros también se unieron al luto, algunos cancelaron espectáculos y otros guardaron un minuto de silencio antes de iniciar las funciones.
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Más de 1.500 personas se reunieron ante la catedral de Trinidad en la ciudad de Anádir, en Siberia.
"Niños, perdónennos a nosotros, los adultos", dice un cartel depositado sobre un memorial improvisado en esa localidad.
Las iglesias ortodoxas, tanto en Rusia como en otros países, celebraron misas fúnebres.
En la ciudad de tragedia, Kémerovo, decenas de niños llegaron al velatorio de su profesora de inglés, Tatiana Darsalia, de 37 años, que falleció en el incendio.
Cuando empezó el incendio llevó a su hija fuera del edificio y regresó dentro para ayudar a otros, pero nunca salió, murió por grave inhalación de humo.
El mundo se solidariza con el dolor de Rusia, la gente trae flores y juguetes a las entradas de las sedes diplomáticas rusas, deja mensajes en los libros de condolencias, algunos no pueden contener las lágrimas.
El 25 de marzo, un incendio en el centro comercial Zimniaya Vishnia de la ciudad siberiana de Kémerovo dejó 64 muertos y más de 70 afectados.
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El incendio se desató en la cuarta planta, en la que se ubicaban las salas de cine y la zona infantil.
