Semejantes "pasos indignantes", según la Cancillería "representan una continuación de la política discriminatoria que Letonia lleva a cabo desde hace 25 años y que está encaminada a una asimilación forzosa de la población rusoparlante".
"En realidad (la reforma) no tiene nada que ver con los intereses de las minorías étnicas que viven en el país", constata el ente diplomático ruso.
Destaca que las enmiendas fueron aprobadas por el Parlamento letón ignorando las protestas y las misivas de la comunidad rusoparlante al presidente del país báltico y las principales instituciones internacionales de DDHH, y haciendo caso omiso a los cambios a la normativa propuestas por la Asociación Letona de Escuelas Rusas.
"Otra vez, bajo el pretexto de la 'integración' y el 'fomento de las posiciones del idioma nacional', quedan pisoteados los intereses legítimos y los derechos internacionalmente reconocidos de más que una tercera parte de la población de esta república del Báltico", dice el comunicado.
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"Riga ha de tener claro que continúa complicando las relaciones bilaterales con sus pasos inamistosos y que la responsabilidad por ello recae plenamente en Letonia", advirtió la Cancillería rusa.
Por último, expresó la esperanza de que las acciones de Letonia "sean evaluadas de forma imparcial por las estructuras internacionales" de la educación.