"Lo que debe ocurrir en Brasil es que se permita competir a Lula, lo cual veo complejo porque la derecha perdió toda prudencia y está dispuesta a llegar a las últimas consecuencias para que no sea candidato", afirmó Sánchez.
En el marco del FSM, que comenzó el martes y continuará hasta este sábado, Sánchez marchará junto a activistas y organizaciones internacionales para exigir que el exmandatario brasileño pueda competir en las próximas elecciones presidenciales de octubre, pese a haber sido condenado por corrupción a 12 años de prisión.
La defensa del exmandatario está abocada a presentar los últimos recursos extraordinarios para evitar que Lula marche a prisión una vez que el tribunal que lo condenó publique la sentencia.
Sánchez reconoció que es "complejo" que Lula pueda volver a postularse, debido a que a su juicio la de Brasil "es una derecha que no ha abandonado procedimientos antidemocráticos para recuperar el poder político".
Foro Mundial Social
Para Sánchez, el FSM es de "vital importancia" para avanzar en la "necesidad de reemplazar el sistema neoliberal por un modelo de desarrollo mucho más humano y respetuoso de la soberanía de los pueblos".
Su participación en el FSM, así como la de distintos líderes de organizaciones políticas y civiles de Latinoamérica, "servirá para compartir experiencias entre nosotros y prepararnos para luchar en nuestros respectivos países", añadió.
"En América Latina existe una maduración importante ya que se le entrega un mayor valor a los gobiernos progresistas o transformadores; lamentablemente esto ocurre en momentos en que tenemos notables retrocesos", comentó.
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Los organizadores del FSM estimaron que participan de sus actividades unos 1.500 grupos, organizaciones, movimientos sociales, sindicatos y partidos políticos de todo el mundo, con una intensa agenda que incluye marchas, manifestaciones, mesas redondas, paneles y actividades artísticas y culturales.
El jueves por la tarde el plato fuerte era un acto con la participación de Lula y los también expresidentes Dilma Rousseff (2011-2016), de Brasil, José Mujica (2010-2015), de Uruguay, y Cristina Fernández (2007-2015), de Argentina.
Lula fue condenado en 2017 por corrupción pasiva y blanqueo de capitales en uno de varios procesos judiciales que enfrenta.