La carta, que se encuentra en poder de Sputnik, va dirigida al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad Hussein, al director de la oficina de la ONU en Ginebra Michael Moller, al presidente de la Comisión Independiente de Investigación sobre Siria, Paulo Sérgio Pinheiro, así como a otras personalidades importantes.
El 9 de noviembre de la publicación del informe, según la ACANU, para varios medios tuvo lugar una rueda de prensa cerrada, organizada por el servicio de prensa de la oficina de la ONU.
"Los medios elegidos fueron un representante de EEUU, uno de Reino Unido, un representante de un medio británico-canadiense, uno francés y uno español, excluyendo a todos los demás periodistas", destaca la misiva.
Lo más indignarte, para los autores de la carta, firmada por el presidente de la ACANU, Jan Herbermann, consiste en que a la rueda de prensa tampoco hubieran invitado a los representantes de los medios de países árabes.
Los medios que asistieron a la rueda de prensa cerrada fueron, según datos de Sputnik, Reuters, AP, AFP, EFE, el canal BBC y el diario The New York Times.
La ACANU cuenta con unos 150 corresponsales acreditados en la oficina de la ONU en Ginebra, entre los cuales se encuentran representantes de medios sirios, de China, Francia, EEUU, Turquía, Reino Unido y Rusia, entre otros.
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El Gobierno de Siria sostuvo desde un principio que jamás había empleado sustancias tóxicas contra nadie –ni en Jan Sheijun ni en cualquier otra parte– y responsabilizó del ataque a los terroristas.
El Ministerio ruso de Exteriores cuestionó el informe, constatando que contiene numerosas contradicciones.
El Gobierno sirio también puso en duda la imparcialidad del informe, al indicar que el documento recoge entrevistas con los propios terroristas que perpetraron el ataque en Jan Sheijun y palabras de otros testigos dudosos.