Durante el experimento los especialistas mostraron a los participantes modelos 3D de una figura femenina con diferentes posturas. Los hombres tenían que evaluar el atractivo de cada modelo y puntuarlo del 1 al 10. A lo largo del proceso, los participantes fueron monitoreados por sistemas que permitían seguir sus movimientos oculares y evaluar el punto donde fijaban la mirada.
Los científicos llegaron a la conclusión de que la curvatura de la zona lumbar hacía que las mujeres fueran más atractivas. Cuanto más encorvada estaba esta área se percibía como más hermosa. Es decir, el índice de atracción aumentaba de 4,64 a 6,41 puntos y, además, en este caso, los hombres se fijaban durante más tiempo en sus nalgas.
Los datos obtenidos en la investigación ponen de manifiesto que los humanos, al igual que otros mamíferos, perciben la curvatura de la espalda como un rasgo de la función reproductiva.