El cierre coincide con las vacaciones de la fiesta judía del Sukot que comienza a mediados de esta semana y se extiende durante 10 días.
El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, justificó la extensión del cierre por el ataque perpetrado cerca de una colonia israelí de Cisjordania, donde tres israelíes murieron tiroteados a manos de un palestino que tenía permiso de trabajo en los asentamientos de Cisjordania.
Paralelamente, Israel sigue imponiendo importantes restricciones de movimiento en torno al pueblo del que era oriundo el autor del ataque de la semana pasada, que fue abatido por las fuerzas del orden.
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La organización israelí de derechos humanos Btselem denunció un "castigo colectivo" a decenas de miles de palestinos inocentes que no pueden acudir a sus lugares de trabajo o estudio y viven bajo un régimen de toque de queda desde hace una semana.
Las restricciones afectan al pueblo de Beit Surik, donde vivía el agresor y a otras ocho aldeas circundantes, todas ellas en Cisjordania.