El mandatario recordó que ambas repúblicas autoproclamadas "tienen suficientes armas, incluidas las capturadas a la parte contraria, a los batallones nacionalistas".
"Y si el armamento estadounidense comienza a llegar a la zona del conflicto, es difícil prever cómo reaccionarían las repúblicas autoproclamadas, tal vez enviarían armas que poseen a otras zonas en conflicto sensibles para aquellos que crean problemas para ellos", aseveró.
"Pero existen reglas y enfoques internacionales comunes, de que enviar armas a una zona en conflicto no favorece el proceso de paz sino que empeora la situación", destacó.
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Si EEUU opta finalmente por entregar armas a Kiev, esta decisión no cambiará la situación, aunque sí llevará a un mayor número de víctimas, alertó el presidente ruso.
"Quiero resaltar para que todo el mundo lo comprenda, que nada cambiará, pero el número de víctimas puede aumentar, que es lamentable", insistió.
También la mayoría de los políticos europeos se pronunciaron en contra, por ejemplo, el exministro de Exteriores y actual presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, declaró que sería una decisión "muy arriesgada y contraproducente".
El envio de pacificadores
El sureste ucraniano es escenario de un conflicto armado interno entre el Gobierno de Kiev y las milicias de Donbás desde 2014.
"Creo que es apropiada la presencia de pacificadores de la ONU, e incluso no es necesario que sean pacificadores, sino de personal que proporcione seguridad a la misión de la OSCE", dijo Putin al comparecer ante la prensa al margen de la cumbre del grupo BRICS que acoge la ciudad de Xiamen, sureste de China, del 3 al 5 de septiembre.
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Además sostuvo que "la propia OSCE se niega a armar a sus empleados ya que carecen del entrenamiento apropiado y de experiencia de este tipo".
Putin adelantó que pedirá al Ministerio de Exteriores presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución al respecto.
Al mismo tiempo, matizó que estas fuerzas deben actuar solo y exclusivamente en la línea de separación entre las tropas del Gobierno ucraniano y las milicias.
"Su función sería solamente garantizar la seguridad de los empleados de la OSCE", remarcó.
La decisión a este respecto, sugirió, se haría efectiva tras la separación de los bandos enfrentados y la retirada de las armas pesadas.
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Las hostilidades en el sureste ucraniano han dejado unos 10.100 muertos, según estimaciones de la ONU.
El Ejército ucraniano lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar contra las milicias en el sureste del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de ese mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.