"La principal cuestión ahora no es si la ojiva es lo bastante pequeña para ser instalada en un misil balístico intercontinental, sino si el proyectil es lo suficientemente resistente para sobrevivir la sacudida, la vibración y las temperaturas extremas que una ojiva nuclear experimenta en una trayectoria intercontinental, en la que al principio será lanzada al espacio y después entrará de nuevo en la atmósfera de la Tierra", dijo.
El 11 de junio, Corea del Norte ensayó el misil Hwasong-12, que voló una distancia de 787 kilómetros y alcanzó una altura de 2.111 kilómetros. Según el experto aeroespacial John Schilling, esta prueba muestra el nivel de rendimiento de un misil norcoreano que jamás se ha sido visto antes.
Por su parte, el analista del Instituto Económico de Corea Troy Stangarone ha calculado que Pyongyang puede realizar un ensayo balístico cada dos semanas en lo que va de año.
De acuerdo con sus estimaciones, el número de pruebas de misiles realizados por parte de Corea del Norte ha crecido cada año a partir del 2012. Si Pyongyang lanzó cerca de ocho misiles en 2012 y en 2013, en 2017 su número llegará a los 15.
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