"Lo que pasó fue un crimen repugnante contra monumentos patrimonio de la humanidad, por lo que llamo a la comunidad internacional a cumplir sus obligaciones", declaró, al añadir que lo sufrido por la ciudad histórica es una "atrocidad sin precedentes".
Los terroristas —explicó— destruyen los monumentos en represalia por los avances del Ejército sirio.
Palmira, uno de los seis lugares de Siria declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, cayó en manos de los terroristas de Daesh (grupo Estado Islámico proscrito en Rusia) en mayo de 2015.
Diez meses después, los militares sirios y el grupo Halcones del Desierto recuperaron el control de la ciudad que por entonces conservaba el 80% de los monumentos.
El grupo terrorista volvió a entrar en la emblemática localidad a finales de diciembre.