Por ejemplo, ha habido dos casos de ataques a niñas pequeñas, menores de 10 años, de diferentes familias y en distintas partes de la ciudad. Unas mujeres partidarias de Daesh las capturaron y les ofrecieron a los padres elegir el castigo: látigo o mordedura.
Indumentaria islámica
Respecto a las reglas de vestirse, explicó el caso de una anciana castigada con 30 latigazos por "no llevar ropa islámica". En este sentido, la mujer relató que, para los terroristas, toda prenda debe ser de color negro. Además, la falta de guantes o lucir zapatos de tacón también constituyen una 'infracción'.
En ese caso particular, los hijos de la mujer lograron su 'venganza' contra los culpables. Organizaron una encerrona: uno de los hombres se fumó un cigarrillo de manera abierta frente a los terroristas —que lo prohíben categóricamente- y, cuando se abalanzaron sobre él, se vieron sorprendidos y golpeados por todo un grupo, reveló la mujer.
A menudo gritaban y abusaban de las mujeres y niñas de todas las edades, lanzándose contra sus rostros, maquillaje o prenda, ordenando latigazos por cualquier infracción de sus 'reglas'.
Exámenes médicos
De acuerdo con las historias de los lugareños, trataban de evitar las visitas al médico en la medida de lo posible. En Mosul había bastantes consultorios donde a los pacientes los recibían mujeres de Daesh.
Persecución de los hombres
Los 'observadores' de Daesh también vigilaban para que los hombres no se afeitaran la barba ni llevaran pantalones cortos. Fumar era un crimen. Pero el delito más terrible era criticar a los yihadistas abiertamente. Tras esto, a las personas les cosían la boca con hilo y una aguja.
"Tales imágenes son propias de las películas de horror", recuerda la interlocutora de Sputnik.
'Días de miedo'
La joven y su familia evitaban salir de casa. El primer año de ocupación solían ver la TV y charlar con los amigos por internet. Cuando los terroristas los aislaron del mundo exterior, empezaron a leer mucho.
Otro rasgo característico de aquellos días era un sofocante humo negro del petróleo y sus derivados de producción casera. Como era la principal fuente de ingresos para los terroristas, a menudo resultaron atacados, y es muy difícil apagar el incendio de productos petroleros, asevera la mujer. Toda la ciudad estaba impregnada por el olor a crudo quemado, rememora.