"Tenemos un diagnóstico muy completo de la realidad juvenil", en el que "aparecen fuertemente muchas cuestiones relacionadas a las brechas que todavía quedan en relación a la protección de los jóvenes en cada una de las dimensiones del bienestar", afirmó Soto, quien con 30 años es el jerarca más joven del Gobierno uruguayo.
En relación al desempleo juvenil, Uruguay "se mantiene un poco por encima de la diferencia que hay entre el desempleo general y el juvenil en otros países de la región", explicó Soto.
Sin embargo, destacó los buenos resultados obtenidos en relación a los niveles de participación en instancias sociales como voluntariado, organizaciones barriales, liceales, en partidos políticos y sindicatos, "donde los jóvenes tienen una participación muy elevada que es muy interesante".
Nini
Uruguay es uno de los países de América Latina con las tasas más bajas de jóvenes que no trabajan, no estudian ni reciben formación y que a los que se suele llamar nini (ni estudian, ni trabajan).
Entre los países de la OCDE, el promedio de jóvenes que ni estudian ni trabajan es de 15%.
"Ese porcentaje existe y surge de cruzar dos preguntas: Si estás trabajando y si estás cursando estudios; si no estás haciendo ninguna de las dos cosas entrás dentro de ese 17%", explicó Soto.
Desde el INJU resaltan que la del nini es una categoría "definida por lo que uno no es y no es una buena categoría para desarrollar políticas públicas".
Más de cuatro millones de jóvenes no tienen #empleo en #Europa https://t.co/YmOQqCjV4o pic.twitter.com/d6p0BMGUNS
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 31 de mayo de 2016
"En primer lugar, porque ¿quién no conoce a alguien que no pase un periodo en la adolescencia en el que no estudie ni trabaje? Ya sea porque estás esperando que comiencen los cursos o porque estás en una pausa por una situación en particular, hay un conjunto de situaciones que son coyunturales", señaló Soto.
Este 17% está dividido en tres grupos.
El primero está conformado especialmente por mujeres "dedicadas al cuidado de su familia" y el segundo está compuesto mayoritariamente por varones que "están buscando trabajo y todavía no lo encuentran", destacó Soto.
El tercer grupo, en tanto, está integrado por jóvenes que no estudian, no trabajan, ni se encuentran dentro de los grupos anteriores.
"Un porcentaje importante de estos son jóvenes con alguna situación de discapacidad que no les permite la entrada al mercado laboral", señala el director del INJU.
Juventud y conflicto con la ley
Desde 2015 existe dentro del INJU un área dedicada a los menores de edad en conflicto con la ley penal que trabaja en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente en dos programas piloto.
Uno está dirigido a aquellos adolescentes que fueron detenidos por la policía pero cuya situación no ameritó el pase a la justicia.
En este caso el INJU trabaja con estos adolescentes de forma personalizada durante varios meses, con el objetivo de evitar una reincidencia en el delito y evaluar las distintas posibilidades de inclusión social.
"De esta manera los jóvenes pueden tener un acompañamiento y una alternativa a las propuestas vinculadas solamente a la represión", explicó Soto.
El programa trabaja con los adolescentes desde un mes antes de cumplir su pena hasta cinco meses después de su liberación para guiarlos en la reinserción social, evitar la reincidencia y estudiar las distintas opciones laborales y estudiantiles por las que podrían optar luego de su salida.
El INJU comenzó a funcionar en 1991 como un organismo especializado en políticas de juventud, con la misión de formular, ejecutar y evaluar las políticas nacionales en coordinación con distintos organismos estatales.
Entre 2011 y 2015 se creó el Primer Plan Nacional de Juventudes a partir del que se generó una política integral que articula distintos programas con organismos públicos para mejorar las condiciones de vida de los jóvenes uruguayos.