"No se presentó ni una nota ni una protesta, se trató simplemente de un diálogo en el cual el embajador expresó nuestra posición oficial y claro está, llamó la atención sobre el hecho de que en Rusia los medios de prensa son libres y los periodistas y expertos que estudian el tema tienen sus propias opiniones y visiones al respecto", subrayó la representante diplomática.
Según informaron la víspera medios de prensa húngaros, la cancillería convocó al embajador ruso debido a las declaraciones del conductor de Vesti Nedeli, Dmitri Kiseliov, también director de Rossiya Segodnya, respecto a los sucesos acontecidos en este país en 1956, que fueron asumidas como una ofensa por parte de un partido radical húngaro.
Según declaraciones del partido LMP publicadas en su sitio, el malestar se debió a la suposición de que esos hechos fuesen la primera "revolución de color", en la que podrían estar involucrados los servicios de inteligencia occidentales.
"Hungría llamó la atención de que no se trató de una llamada del embajador a la Cancillería, sino de una invitación a conversar", aseveró Zvónova a RIA Novosti, especificando que este diálogo tuvo lugar en la noche del martes.
Según la funcionaria, la Cancillería húngara expresó su posición respecto las declaraciones en medios de prensa ruso.
Zvónova comentó que "las partes concordaron en que dicho tema entra en el campo de los historiadores".
"El embajador afirmó que en nuestro país los periodistas y expertos, sin lugar a dudas, tienen derecho a tener opinión y postura propias", recalcó la portavoz.
Kiseliov destacó que expresó su opinión en el programa de su autoría en correspondencia con los principios de la libertad de palabra, y señaló que en la edición dominical del programa se presentaron recuerdos de testigos y participantes de ambos bandos en aquellos sucesos, durante lo cual los periodistas no se pusieron del lado de ninguna de las partes.