Putin es "único en su clase", escribe Donovan. El líder ruso logró dejar atrás el comunismo para construir una forma de democracia en su país. Además, restauró el cristianismo y los institutos ortodoxos en Rusia.
Durante su presidencia, el Ejército ruso ha sido rehabilitado y modernizado y el país empezó a defender sus intereses en el Cáucaso, Georgia, Ucrania y ahora Siria, escribe el exagente. El rechazo ruso a la expansión de la OTAN y a la ola de golpes de estado fruto de la injerencia externa —conocidos como revoluciones de colores— también es completamente comprensible.
Lo que no es comprensible, en ningún caso, es el intento de los políticos europeos de buscar un conflicto con Rusia en medio de una amenaza a gran escala como es el islamismo radical, se sorprende el autor.
Además, los países musulmanes suministran combatientes desde hace medio siglo a la yihad internacional, combatientes que "eligen como objetivo y matan con impunidad a los estadounidenses y europeos", además de financiar a los grupos radicales para seguir con su propia agenda. Pero ninguno de estos países está sometido a las sanciones de Occidente mientras que Rusia está soportando una presión económica y militar, denuncia el autor.
"Los políticos europeos y estadounidenses no parecen entender quién es su enemigo número uno", según Donovan.
En la lucha contra la amenaza global del terrorismo islamista, surgen oportunidades para crear nuevas alianzas. En este sentido, la Rusia de Putin es el aliado más evidente de Occidente ya que Moscú, Washington y Pekín podrían formar una coalición internacional semejante a los tres aliados de la Segunda Guerra Mundial —la Unión Soviética, el Reino Unido y EEUU— que lograron derrotar al nacismo, destaca el autor.
"Veremos si Rusia tendrá que rescatar a Europa de sí misma otra vez en el siglo XXI", concluye el experto.