"Es una oportunidad para comenzar el diálogo sobre la reforma de la UE", declaró el líder conservador antes de entrar en la reunión, cuyo principal tema de debate es la relación con los antiguos países miembros de la Unión Soviética.
Cameron entabló hoy breves contactos con los jefes de Gobierno de Polonia, Hungría y Suecia, países que, como Reino Unido, operan fuera del área del euro.
"Estas conversaciones no van a ser fáciles ni tampoco rápidas; habrá diferentes puntos de vistas y desacuerdos en el proceso, pero creo que trabajando juntos con el espíritu correcto encontraremos soluciones que atajarán las inquietudes de los británicos y mejorarán la UE", resaltó el primer ministro.
Cameron requiere el consenso de sus socios para restringir el acceso a los subsidios estatales de residentes comunitarios y proteger el poderoso sector financiero de la City de Londres de medidas adoptadas por el bloque de países del euro, además de eliminar trabas burocráticas en la industria y el comercio.
El dirigente conservador también podría demandar a Bruselas una cláusula para reafirmar la oposición de Reino Unido a una mayor integración política de la UE y recuperar la hegemonía del Parlamento de Westminster sobre futuras medidas comunitarias que Londres considere innecesarias o contraproducentes para sus intereses.
No obstante, Cameron aventura ya el éxito de su renegociación como primer paso hacia el referéndum sobre la continuidad o salida de Reino Unido de la UE que, según dijo hoy, se celebrará antes del final de 2017.
"A lo largo del proceso negociador habrá una cosa constante, que será mi determinación por dar al pueblo británico una reforma de la UE para que tenga una elección adecuada en el referéndum", declaró en Riga.