España no se enfrentaba a un período tan largo de bajada de precios desde 2009, cuando la recesión estaba implantada en el país. Es el séptimo mes consecutivo de depreciación y la segunda bajada más importante de la serie histórica del INI que se inició en 1960. En julio de 1963, la caída de los precios llegó al —1,8%.
A pesar de estas cifras del Índice de Precios al Consumo (IPC), el Gobierno conservador de Mariano Rajoy niega la posibilidad de que España entre o se encuentre en deflación.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, insistió en reiteradas ocasiones en que un IPC negativo por la caída de los precios de los carburantes es "lógico" y "muy bueno" para la economía española.
Los analistas dan la razón al Ejecutivo ya que estiman que para que exista deflación la caída de precios debe ir acompañada con un retroceso en el consumo, cosa que no ocurre en España.
La mayor bajada de precios es la del sector transporte, que presenta una variación del –7,7%, más de dos puntos inferior a la del mes anterior, "debido al descenso de los precios de los carburantes y lubricantes", señala la nota del organismo público.
La vivienda sufrió una variación del –0,4%, dos décimas por debajo de la registrada en diciembre como consecuencia de la bajada de los precios del gasóleo para calefacción y el gas este mes.
También el vestido y calzado, cuya tasa desciende tres décimas hasta el –0,1%, debido a bajadas generalizadas de los precios de sus componentes con motivo de las tradicionales rebajas de enero, ligeramente mayores que el año pasado.
