Margallo, que acude también como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se reunirá mañana martes en Kiev con su homólogo ucraniano, Pavló Klimkin, un día antes de la cumbre de Minsk (Bielorrusia) a la que asistirán los líderes de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia.
"España ha mantenido tradicionalmente una política conciliadora hacia Putin, hay que entenderse con Rusia", ha proclamado Margallo, pero insistiendo en la necesidad de que Moscú respete la legalidad internacional y respaldando todas las sanciones acordadas en el seno de la UE" valora hoy el diario El País de la visita del canciller español a Ucrania.
"Dadas sus cordiales relaciones con las dos partes, el ministro se ha ofrecido incluso a ejercer una labor de buenos oficios y ha propuesto someter el contencioso de Crimea, origen del actual conflicto, al arbitraje del tribunal de La Haya", informa el diario.
Madrid es reacio, como Berlín y París, a suministrar más armamento al Gobierno de Kiev tal como propone la administración norteamericana. España apoya una solución pacífica en base a los acuerdos de paz de Minsk, firmados el pasado septiembre.
El Gobierno Rajoy donó a Kiev, en septiembre pasado, 300 cascos y 500 chalecos antifragmentos.
La visita tiene también un fuerte componente económico. El ministro, que está acompañado por una quincena de empresarios, entre los que hay representantes de Abengoa, Indra o Aenor, abrirá el Foro Empresarial España-Ucrania, al que asisten empresas de sectores estratégicos como el de la energía, el de transporte o el de infraestructuras.
Margallo viaja a Kiev tras asistir esta mañana en Bruselas, a la cumbre de ministros europeos que debe ratificar la ampliación de la lista de personalidades rusas sancionadas.
El canciller advirtió que la UE ya ha asumido pérdidas por 21.000 millones de euros por las sanciones impuestas a Moscú por lo que aumentar las restricciones tendría un "severísimo coste para todo el mundo".
Margallo dijo, ante los periodistas, que la reunión del miércoles en la capital bielorrusa es "la última oportunidad".
"Estamos en una situación extraordinariamente grave y, probablemente, el acuerdo al que se pueda llegar es la última oportunidad antes de pasar a un escenario que se concretaría en un aumento de las sanciones", estimó.
Para Margallo el pedido del líder ucraniano, Petró Poroshenko, de más armas para frenar a los milicianos prorrusos, supondría "echar gasolina al fuego".
