"A menudo me preguntan si odio a Estados Unidos. Mi madre, así como los amigos con los que yo jugaba, fueron asesinados. Como murieron por la bomba atómica, no puedo decir que 'no hay odio en mí'. Realmente sentí odio. Sin embargo, años más tarde, tuve hijos, y luego nietos, y ya no siento odio ni enojo. Todo lo que quiero decir es que esto nunca debe volver a suceder, no podemos permitir nunca más tal crueldad. Este es mi sincero deseo. Cuando comparto mi experiencia con ustedes así, no siento odio, solo quiero decir la verdad sobre esos eventos que no deben olvidarse para que nunca vuelvan a suceder. Lo más importante es que las personas vivan en paz unas con otras, sintiendo la conexión que las une, y se ayuden mutuamente", afirmó Teramoto.