No obstante, la posibilidad de ganar el Senado es minúscula, opina el columnista de Sputnik Alexéi Bogdanovski.
Este año, la competencia por los escaños ha crecido. David Lublin, profesor de la Universidad Americana en Washington, dijo a Sputnik que casi un tercio —135 a 140— de los escaños en la Cámara de Representantes será disputado.
El sitio web FiveThirtyEight, que ha predicho con más éxito los resultados de las elecciones desde 2008, considera que solo unos 110 escaños serán muy disputados. Otro sitio conocido, RealClearPolitics, cree que los demócratas tienen 202 escaños en la Cámara de Representantes garantizados, mientras que los republicanos tienen 195, y solo 38 escaños quedan en disputa.
Además, los demócratas tienen un ranking mucho más alto: en promedio, están 9 puntos porcentuales por delante de los republicanos en las encuestas nacionales.
En la sociedad, la división también crece cada día. Las minorías votan siempre por los demócratas, pero el grupo más grande de votantes —los blancos- está dividido. Los hombres blancos, especialmente los que no tienen educación superior, votan a favor de los republicanos. Las mujeres blancas, especialmente las que tienen un título universitario, apoyan los demócratas.
Si el Congreso se divide entre los dos partidos, los demócratas podrán bloquear las principales iniciativas legislativas de los republicanos y la Administración Trump. También aumentarán la presión sobre la administración en los comités del Congreso que ejercen funciones de supervisión.
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Al mismo tiempo, los demócratas no podrán hacer cumplir el presupuesto y las leyes sin el apoyo de la mayoría republicana en la otra cámara, por lo que los partidos tendrán que negociar. En la política exterior, que tradicionalmente es una prerrogativa del poder ejecutivo, es poco probable que la oposición pueda desempeñar un papel importante.