El principal socio comercial, militar, aliado estratégico y sostén internacional del reino saudí, no puede permitirse castigar duramente a Riad por mucha que sea la polvareda levantada por la prensa internacional tras el asesinato perpetrado por agentes saudíes, según ha destilado la prensa turca. Donald Trump, que a la hora de escribir estas líneas seguía manteniendo una postura ambigua sobre la respuesta diplomática de su Gobierno, es el único líder internacional que, al menos, no ha ocultado las obligaciones de la realpolitik. Si Washington castiga a los saudíes, los megacontratos de armamento que el inquilino de la Casa Blanca rubricó en Riad el pasado año podrían convertirse en arena.
¿Pondrá en marcha Arabia Saudí un escenario apocalíptico contra EEUU? https://t.co/8A83JMu00u
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 16 октября 2018 г.
Para Estados Unidos, no solo estaría en juego el acuerdo ya firmado por valor de 110.000 millones de dólares, además de otro por 350.000 en los próximos diez años. Esa cifra corresponde al aspecto militar, pero el volumen de negocio que Arabia Saudí puede suponer para las empresas norteamericanas dentro de marco del plan de desarrollo saudí llamado 'Visión 2030' puede ser también estratosférico.
Cabezas de turco para continuar los negocios
En cualquier caso, algún apellido será mencionado en una acción que sería presentada como una operación pensada para capturar a Khashoggi y conducirle por la fuerza a su país, para ser interrogado allí. Después, — se dirá— las órdenes se malinterpretaron, o, incluso, la víctima pudo haber reaccionado mal a una dosis de anestesia. La historia ofrece justificaciones en abundancia. El secuestro de disidentes y de príncipes es, por otra parte, una especialidad del reino. Tres miembros de la familia real han sido protagonistas de este procedimiento en tiempos recientes, sin que los aliados de MBS se conmuevan.
La desaparición del periodista saudí hace peligrar la relación entre Riad y Washington https://t.co/TNZdHN7Xop
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 13 октября 2018 г.
Por supuesto, algunos congresistas demócratas aprovecharán la ocasión electoral para atacar a Trump por el flanco saudí, pero sería algo burdo, teniendo en cuenta los contratos armamentísticos firmados también con el mismo país por los expresidentes Barack Hussein Obama y William Jefferson Clinton. Fue, además, durante el mandato del Nobel Obama cuando la guerra en Yemen se agudizó. Fue, además, la candidata presidencial Hillary Clinton quien recibió más de 10 millones de dólares de sus amigos saudíes en plena campaña electoral para la Presidencia, en 2016. Pocos argumentos morales para afear la conducta de Trump.
Armas y realidad económica
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En Francia la cuestión moral es siempre objeto de primera página. Soportar el peso de representar a la patria de los derechos humanos obliga a ello. Emmanuel Macron, que como sus homólogos europeos ha visitado Riad como paso obligado de su diplomacia —para doblar el monto de cifra de negocios en su venta de armas a Arabia Saudí— deja a su ministros opinar sobre el "affaire Khashoggi". El responsable de Economía precisamente, es el encargado de dejar las cosas claras: "Riad es un socio estratégico de Francia y este episodio no puede cuestionar nuestra alianza estratégica". Dos veces estratégica, pues, según París.
El resto de los países europeos se pliega también a la realidad y, además, cualquier atisbo de osadía saben que puede resultarles caro. Tan caro como a Canadá, que por un mensaje en twitter de su ministra de Exteriores criticando la permanencia en prisión —seis años ya— del bloguero saudí Raef Badaoui, condenado por ofensa al islam, provocó un colapso diplomático con Riad, la cancelación de contratos militares y el cierre de la embajada en el reino.
Very alarmed to learn that Samar Badawi, Raif Badawi’s sister, has been imprisoned in Saudi Arabia. Canada stands together with the Badawi family in this difficult time, and we continue to strongly call for the release of both Raif and Samar Badawi.
— Chrystia Freeland (@cafreeland) 2 августа 2018 г.
Alemania, cuyo Gobierno socialista-conservador había prometido, un año antes, suspender las ventas de material militar a los saudíes para evitar su uso en Yemen, incumplió la promesa y recordó que la palabra realpolitik pertenece a la lengua de Goethe.
The Washington Post publica último artículo del periodista desaparecido #Khashoggi https://t.co/EDF2b3fOiB
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 18 октября 2018 г.
Así las cosas, y esperando que los servicios secretos turcos sigan filtrando detalles escabrosos sobre la muerte de Jamal Khashoggi, Occidente solo puede marcar con un acto simbólico su posición ante el asesinato del periodista saudí: cancelar su participación en la 'Future Investment Initiative', la reunión diplo-político-comercial que Mohamed Ben Salman organiza para atraer inversiones a su país. La del próximo año restañará las heridas diplomáticas.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK