La empresa fabricante, nacida de la afición personal del constructor general del proyecto, Alexéi Makárov, ofrece tres modelos del vehículo y actualmente es capaz de fabricar un Burlak cada mes.
El vehículo puede usarse en la industria de hidrocarburos, para expediciones científicas, como parte del programa estatal para explorar el Ártico o como vehículo cotidiano para la zona, aseguró Makárov a los medios rusos.
"Los Burlak tienen demanda, así que actualmente nuestra prioridad es perfeccionar todos los procesos de la producción en serie", afirmó el constructor y jefe de la empresa que lleva su nombre, Todoterrenos Makárov.
La empresa ofrece también modificaciones individuales a petición del comprador.
A pesar de las considerables capacidades como todoterreno, el Burlak se destaca por sus neumáticos grandes de presión reducida: eso hace que no dañe demasiado la superficie y sea apto para viajar por regiones ecológicas protegidas.
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