Las declaraciones del empleado, de 10 páginas y posicionadas como una opinión personal, causaron un revuelo dentro de la compañía que se filtró a las redes y los medios.
La historia perdió atracción pronto, oscurecida por escándalos de mayor envergadura vinculados con el acoso sexual en la industria del cine estadounidense.
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Pero Damore no aceptó en silencio su despido y llevó el asunto a los tribunales. La demanda de 161 páginas "es un ataque sin cuartel" que acusa a Google de "acosar y castigar a los empleados que manifiestan opiniones políticas diferentes a las dominantes en la empresa" en una variedad de ámbitos, informa el portal TechCrunch.
Además, el documento acusa de tener "cuotas de reclutamiento ilegales" previstas para las mujeres y ciertas minorías étnicas solo por virtud de haber nacido de cierto género o de cierto origen, mientras "denigra abiertamente a los empleados masculinos y de raza blanca".
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Al resumir la demanda en una rueda de prensa, la representante legal de Damore elogió las metas de igualdad de Google como "justas", pero al mismo tiempo puso de relieve que "la paridad de géneros en los departamentos de una empresa debe lograrse en una competencia", y no poniendo restricciones ante los avances de los empleados blancos solo por el motivo de que "hay que cumplir con algunas cuotas reservadas".
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