Adam Maddalena y su compañero Glen Lambert estaban intentando pescar tiburones y marcarlos para el Departamento de Industrias Primarias de Nueva Gales del Sur, cuando se toparon con un verdadero monstruo en el río Manning.
Al principio, pensaron que se trataba de un tiburón pequeño, pero al sacarlo a la superficie entendieron que era una especie más grande.
"Nos quedamos realmente boquiabiertos. Nos miramos el uno al otro y nos dimos cuenta de lo grande que era. Sabíamos que teníamos que ponernos manos a la obra", dijo Maddalena, citado por el periódico The Daily Telegraph.
Según el pescador, su compañero y él tardaron unos 45 minutos en acercar al escualo a una distancia suficiente como para agarrar su cola y marcarlo. Tras cumplir su misión, Maddalena y Lambert lo liberaron.
