Unos degustan pescado congelado mientras que los lémures vegetarianos saborean su ración de fruta con yogur.
Las golosinas tienen doble propósito: no solo ayudan a refrescar a los animales, sino que también sirven para ellos de distracción frente al caluroso clima.
El presidente de la Fundación Bioparco, Federico Coccia, explicó que "de esta manera están ocupados todo el día y, al distraerse, son capaces de superar mejor la ola de calor". A parte del festín congelado, a los animales les proporcionan sombra y agua para aliviar el calor.