"Eso (las actividades la OTAN) deteriora drásticamente la seguridad regional y la de los Estados que participan en esos ejercicios y otras actividades", dijo en declaraciones a la televisión Rossiya 24.
El enviado ruso destacó que al mismo tiempo la Alianza afirma que no busca una guerra fría con Rusia.
"Creo que es una doble señal, primero, a la opinión pública de Occidente de que todas las acciones en el flanco este son calibradas y no van más allá de una defensa razonable, segundo, es un claro intento de enviarnos una señal para que Rusia no reaccione de una manera que ellos consideran excesiva y agresiva", agregó.
Grushkó señaló que estas señales son un intento de justificar los preparativos militares "que en realidad no se pueden justificar de ninguna forma".
La víspera, Grushkó aseveró que Rusia no dejará sin respuesta las medidas de la OTAN para aumentar su presencia en el este de la Alianza.
El 26 y el 27 de octubre los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN se reunieron en Bruselas donde aprobaron los planes para el despliegue de los batallones internacionales en los países bálticos y Polonia a principios de 2017.
Además, decidieron reforzar la presencia marítima en la región del mar Negro y debatieron crear una brigada en Rumanía.
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