Así lo explicó el doctor ruso en ciencias biológicas Valeri Melik-Guseinov, quien explicó que esta fruta aumenta la actividad secretora de las glándulas digestivas y facilita la digestión de los alimentos altos en grasas.
El especialista recomendó el uso de esta fruta, originaria de Afganistán, China e Irán, para personas que padecen gastritis, enterocolitis, enfermedades hepáticas, sistema cardiovascular y sistema respiratorio.
Asimismo, el biólogo también señaló que las hojas de durazno se usan en el tratamiento de abscesos, forúnculos, quemaduras, neurodermatitis y otras enfermedades de la piel.
Además, de estas funciones, el durazno es rico en potasio, vitamina B17, vitamina A, luteína y fósforo. Estos compuestos ayudan a que el ritmo cardíaco se mantenga estable. Además, la vitamina A ayuda a la formación y mantenimiento de los dientes, tejidos tanto blandos como óseos, las membranas mucosas y la piel.