De acuerdo con los investigadores, los padres no deben impedir que sus niños se coman los mocos, puesto que son muy buenos para los dientes. Además, constituyen "una fuente rica en bacterias". De este modo, la mucosa es capaz de reforzar el sistema inmune de una persona, así como ayudar a combatir las infecciones respiratorias y úlceras estomacales.
Según declaró uno de los involucrados en el estudio, el investigador austriaco Friedrich Bischinger, las personas que ingieren sus propios mocos suelen estar más saludables, puesto que "la nariz es un filtro que recoge una gran cantidad de bacterias y, cuando esta mezcla llega a los intestinos, funciona como un medicamento". El científico subrayó también que, desde una perspectiva evolutiva, los seres humanos se desarrollaron en condiciones muy poco higiénicas, de tal manera que nuestro hábito de mantenernos limpios no es necesariamente beneficioso para el organismo.
"Desde el punto de vista médico, tiene mucho sentido y es una cosa perfectamente natural", indicó.
Los investigadores también opinan que, en el futuro, la mezcla de bacterias obtenida de los mocos podría utilizarse en la producción de cremas dentales o incluso chicles medicinales.
