Para algunos pudiera parecer extraño que jóvenes cubanos, que ni siquiera hablan ruso, sean capaces de interpretar canciones en este idioma, magistralmente, a pesar de las complicaciones de la pronunciación eslava para los hispanohablantes. Pero eso fue lo que ocurrió recientemente en La Habana, en un aplaudido concurso nacido por iniciativa de la comunidad rusa y apoyado por el Ministerio de Cultura cubano, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), la Embajada de Rusia y la Agencia Rossotrudnichestvo.
"Siempre tuve contacto con la música rusa, en especial por mi maestra Lilian Levina", relata Angeline Díaz, una joven de 30 años que estudia canto en el Instituto Superior de Arte "con ella crecí y viajé a Ucrania a un concurso, aunque en Rusia estuvimos solo de pasada. Crecí con esa ilusión".
Ella no solo canta canciones populares —como en esta ocasión, en la que los temas debían ser del cine— sino que se ha atrevido con clásicos como Rimski-Korsakov o Chaikovskii. Y aunque no domina el idioma, ha procurado que este sea puente en lugar de barrera. "Me ha ayudado más a acercarme a la cultura rusa, a investigar, porque debes saber qué estás diciendo, que está sintiendo el personaje. Mis profesores de fonética rusa han sido fundamentales", afirma Angeline.
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"Siempre celebramos las fechas señaladas para Rusia. La Fiesta Nacional el 12 de junio, por ejemplo, es el momento propicio para que muchas personas conozcan más sobre Rusia", afirma Bárbara Sarabia, funcionaria del ICAP y secretaria ejecutiva de la Asociación de Amistad Cuba-Rusia. "Apoyamos todo lo que signifique estrechar nuestros vínculos y trabajamos por fortalecer la amistad entre nuestros pueblos".
"Un gran trabajo en ese sentido tienen también las Asociaciones de amistad que existen en Rusia, no solo la histórica nacida bajo el auspicio de Gagarin y el Che, sino muchas otras asociaciones de amigos con las que contamos actualmente y que son una fuente constante de intercambio para rusos y cubanos", asegura Bárbara.
Unos vínculos mantenidos desde entonces con altibajos, que ahora vuelven a estar en uno de sus mejores momentos, cuando se intensifican las relaciones, aumenta el comercio bilateral, comienza a crecer la cifra de estudiantes cubanos en el país eslavo y hasta se eleva la cifra de visitantes de uno y otro lado.
Por eso, Angeline, como muchos otros jóvenes cubanos, sueña con Rusia y con cantar algún día en Moscú.