La presión ejercida por la OEA y su secretario general, Luis Almagro, para poner fin al gobierno de Nicolás Maduro motivó que el presidente venezolano resolviera el 26 de abril comenzar el camino de salida como miembro de la institución.
Con esta decisión se reavivó el debate sobre los verdaderos fines del organismo, creado a fines de los años 40 a impulso de Estados Unidos para impedir la llegada de líderes populistas y comunistas a los gobiernos regionales. Con ese fin se suscribió el primer antecedente de la polémica Carta Democrática, que paradójicamente se firmó en Caracas en 1954.
"LA OEA es un organismo que estaba en vías de extinción hasta que ocurrieron dos hechos lamentables: uno fue la llegada de Luis Almagro y el otro es el triunfo de Mauricio Macri en la Argentina, porque eso cambió el eje para otros gobiernos regionales inclinados a la derecha o dubitativos, en volver a mirar a la OEA como el organismo que nuclea a esos gobiernos", apuntó el analista internacional Alberto López Girondo.
Por su parte, Aharonian reseñó cuáles son, desde su óptica, los intereses que defiende la OEA: "La OEA sirve a los interese del imperio estadounidense, al mantenimiento de dictaduras y ha servido a la derecha más recalcitrante en América Latina y hoy sigue haciendo agua", afirmó.