La participación de España resula cada vez más escasa. Por lo general, el país ibérico ofrece aceitunas, aceite de oliva, conservas de pescado, vinos, una gama de productos que no refleja el potencial exportador de los agricultores y pescadores españoles.
Privados de la posibilidad de traer a Rusia otros alimentos, como quesos o carnes, los empresarios promocionan estos productos a través de sus folletos. El objetivo es mantener vivo el interés de los rusos hacia todos los productos españoles, algo que traería beneficios una vez levantado el veto ruso a alimentos occidentales.