De lo contrario a Rusia de nuevo se le propondrá ocupar un "asiento supletorio", ósea, que tendrá que adaptarse a las condiciones y relegar sus propios intereses, agregó.
Cuando Rusia en la década de los 90 se sumó a ese formato, como mecanismo económico y financiero, imprevistamente se vio en la situación de un país que se encuentra en minoría y trabaja permanentemente en régimen "siete contra uno", recordó el funcionario.
"Además, se nos pedía reconocer esos valores occidentales y corresponder a ellos. Por otra parte, si nuestros intereses nacionales resultaban ser algo distintos, pues había que sacrificarlos", señaló.
Rusia comenzó a participar en las cumbres del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Japón y Estados Unidos) a mediados de los años 90 e ingresó como miembro de pleno derecho en 2002, cuando el grupo pasó a ser G8. Rusia fue suspendida en 2014 del G7 en medio de la crisis en Ucrania y Crimea.
La próxima cumbre del G7 se llevará a cabo entre el 24 y el 26 de este mes en la ciudad turística francesa de Biarritz (sudoeste).
El analista político, Pável Shipilin, cree que las propuestas de convertir el G7 en G8 persiguen un objetivo muy pragmático: rescatar a Rusia de Oriente: de China y de la India, y atraerla a las "acogedoras redes" de Occidente.
En esta edición, también destacamos que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante su actual visita a Finlandia, dio por terminada la construcción del gasoducto Nord Stream 2 en el territorio finlandés.
Tras conversaciones con su homólogo finés, Sauli Niinisto, el mandatario ruso declaró asimismo que Rusia va a emprender pasos simétricos en respuesta al ensayo de un nuevo misil por EEUU.
En otro orden, Rusia y China solicitaron este 21 de agosto una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU después de que Washington anunciara sus planes de desarrollar y desplegar misiles de medio alcance.
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