El columnista Mijaíl Jodariónok reflexionó en su artículo para el medio Gazeta.ru sobre el deseo de muchos países de la región de albergar bases rusas, así como acerca de las posibles implicaciones de su construcción.
Libia, por su parte, ha insinuado en numerosas ocasiones la posibilidad de profundizar la cooperación militar entre Trípoli y Moscú. Dichas insinuaciones podrían cristalizar en el despliegue de las bases rusas en el país africano.
Los países que carecen de una industria capaz de producir la mayor parte de material bélico moderno y tienen una población que se cifra solo en varias decenas de millones de personas, o incluso menos, no son aptos para defender su propia soberanía en la mayoría de los casos, afirmó Jodariónok.
"No importa cuánto dinero gasten en defensa, cualquier cantidad será insuficiente para defenderse de, por ejemplo, Estados Unidos. Washington puede acabar con casi cualquier país en cuestión de días simplemente con acusarlo de 'haber violado los derechos humanos'", puso de relieve el autor del artículo.
Hay muchos ejemplos en las dos últimas décadas, como por ejemplo Yugoslavia, Irak y Libia. Jodariónok subrayó que los líderes de estos países acabaron en la cárcel, con la soga al cuello o agonizando.
Según el autor, la única posibilidad de sobrevivir en conflictos armados modernos es entrar en una coalición con una de las superpotencias de la época contemporánea, quienes tienen todos los recursos necesarios, desde una agrupación espacial hasta armas nucleares y de alta precisión.
El ejemplo es bastante ilustrativo: Siria y su presidente, Bashar Asad, han logrado sobrevivir porque había ayuda militar rusa, expresó.
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"Esto hizo reflexionar a muchos líderes de los países de Oriente Medio y África. Solo Rusia —aparte de EEUU— es capaz de proteger bien a cualquiera de sus aliados", indicó Jodariónok.