Así, indica Lukiánov, para Obama es muy importante centrarse en los rumbos a largo plazo como son Irán y Cuba.
"La solución de la epopeya iraní requiere un trabajo minucioso en muchos ámbitos; el acuerdo sería muy frágil, así que se necesitará la contribución de todas las partes, incluida Rusia", agrega el politólogo.
En cuanto a Ucrania, añade, el presidente de EEUU se da cuenta de que no habrá avances rápidos.
En este contexto, una nueva fase de las relaciones entre Washington y Moscú (hasta 2017) se marcará por las consultas bilaterales en el ámbito de seguridad para prevenir enfrentamientos indeseables.
"No se debe esperar una posición común, pero tampoco habrá contrarresto directo. En el caso de Irán habría una cooperación activa; en el de Siria, sin pasos bruscos. Las posiciones sobre Ucrania permanecerán contrarias, pero las dos partes intentarán evitar la escalada", pronostica el experto.
Según Lukiánov, para una futura coyuntura política también será muy importante el desarrollo de las relaciones de EEUU y Rusia con China.