Según el medio, Lukashenko advirtió que "en conformidad con el tratado OTSC (...), Rusia y Bielorrusia se verán obligados a reaccionar en caso de agresión externa por parte de Polonia, Lituania u otros países".
Asimismo expresó el apego a la soberanía y la independencia de Bielorrusia y abogó por desarrollar la cooperación, según el canal estatal bielorruso ONT.
Los políticos también coincidieron en que "desde la visita de Pompeo a Minsk en febrero la situación ha cambiado mucho y han surgido y están surgiendo unos nuevos desafíos".
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, declaró en una conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que Rusia es el principal aliado de la república.
Al mismo tiempo el presidente bielorruso subrayó que "Rusia no interfiere en los asuntos internos de Bielorrusia pero los países están dispuestos a reaccionar juntos ante las amenazas externas".
Lukashenko también informó a Pompeo sobre el diálogo nacional en Bielorrusia.
De acuerdo con el canal, el líder bielorruso abogó por "la solución pacífica de todos los conflictos, incluidos los externos".
Durante la conversación Lukashenko afirmó que Bielorrusia sigue de cerca la campaña electoral en EEUU y deseó éxitos en la celebración de las elecciones y también al presidente Donald Trump.
Según el recuento oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya, con el 10,12%.
El 10 de agosto, los líderes de China y Rusia Xi Jinping y Vladímir Putin felicitaron a Lukashenko por su victoria en las elecciones presidenciales, es decir, lo reconocieron como líder de Bielorrusia.
El 23 de septiembre Lukashenko celebró su investidura. El mismo día, un representante del Departamento de Estado de EEUU confirmó a Sputnik que "Estados Unidos no puede considerar a Alexandr Lukashenko como el líder legítimamente electo de Bielorrusia".