"No saludamos esa actitud adoptada por algunos países europeos y consideramos que esas decisiones contradicen el derecho internacional", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El funcionario calificó el comportamiento de los europeos como "una injerencia indirecta en los asuntos internos de Bielorrusia".
Peskov remarcó que con esa decisión esos países frenan y obstaculizan el diálogo con Bielorrusia.
La Unión Europea que se ha erigido como valedora de la oposición bielorrusa no reconoce a Lukashenko como jefe de Estado.
La oposición, disconforme con el escrutinio, formó un Consejo de Coordinación para la transición del poder. Las autoridades abrieron un expediente penal contra este grupo por los llamamientos a derrocar al Gobierno e incitar al cambio violento del orden constitucional.
Lukashenko, por su parte, ha acusado reiteradas veces a los países occidentales de interferir directamente en la situación de su país.
Desde Moscú también han manifestado preocupación por las señales de injerencia extranjera en los asuntos internos de Bielorrusia.